Afirman que laboraban como personal de seguridad de la empresa Agroindustrial Tumán y que utilizaban armas de fuego y vehículos de esta compañía para cometer actos vandálicos
Se hacían llamar “Los Wachiturros” como
aquella agrupación de cumbia argentina, pero más que afición por la
música y el baile, estos sujetos se habían ganado fama por sus actos
violentos y sanguinarios que han sido revelados por tres colaboradores
eficaces.
Según la tesis del Ministerio Público, esta agrupación delictiva habría sido formada dentro de la empresa agroindustrial Tumán por disposición del empresario Edwin Oviedo Picchotito, con la única misión de amedrentar o aniquilar a sus opositores.
Uno de los asesinatos más recordados que se le atribuye a esta red criminal, es la de Manuel Rimarachín Cascos en octubre del 2012. Los archivos periodísticos señalan que el dirigente de los trabajadores de la excooperativa, fue asesinado de dos balazos por sujetos encapuchados.
CRIMEN. Sin embargo ahora se conoce por versión del colaborador eficaz N° 12 - 2015 que el crimen de Rimarachín habría sido ordenado por los miembros del Grupo Oviedo, porque se le había encargado comprar acciones de la empresa Cayaltí; pero lo hizo a favor del empresario Carlos Roncal Miñano.
Incluso cuando le exigieron que entregue el dinero, cuenta el testigo que Rimarachín asumió una actitud desafiante. Le recriminó a Pablo Arce Benites, gerente de Finanzas de la azucarera, el hecho de que le pague un sueldo a su sobrina sin trabajar y le aseguró que al día siguiente iba a convocar a un paro y hacer pública la planilla de la empresa; lo cual fue el detonante para que decidan liquidarlo. Todo ello consta en el expediente 2925-2015.
“Recuerdo que la moto de la empresa estaba cuadrada en la esquina de la casa de Manuel Rimarachín, eso era como a las cinco de la mañana, entonces Charum, que estaba sin pasamontaña, solo con la capucha de su polera, ve salir a Manuel Rimarachín de su domicilio y se acerca y le dice que le entregue los volantes, Manuel le dijo anda por allá, entonces Charúm le disparó tres veces, con el revolver 38 de la empresa Tumán, pero solo dos balazos le cayó”, reveló el colaborador.
Con lujos de detalles el testigo precisó que además de Charum otros dos sicarios participaron del crimen, siendo el “cojo Valencia” quien condujo la motocicleta y el “zorro Sandoval” quien tuvo la tarea de identificar a posibles testigos.
“Valencia al escuchar los disparos, encendió la motocicleta nueva de la empresa y lo recogió a Charum, para luego huir del lugar por el perímetro de la fábrica, hasta hacer su ingreso por la puerta de construcciones de la empresa. El zorro Sandoval se encontraba al frente del banco de la Nación, para que pueda ver qué persona había sido testigo del hecho, para según eso, también matarlo”, reveló.
Pero eso no es todo, el testigo narró que cometido el crimen, fueron a la casa de Manuel Rimarachín y sacaron una computadora que contenía información valiosa. Incluso sindicó a la gerente de recursos humanos de la empresa, Cecilia Limo Ortiz y a su chofer Antero Díaz, como las personas que se apropiaron del bien del finado.
MALDAD. Otro de los asesinatos que han sido narrados por el colaborador eficaz es el de Felipe Camacho Argandonia, un joven que era conocido con el apodo de “Balán”, cuyo pecado fue atentar contra el Grupo Oviedo y la administración judicial de la empresa Agroindustrial Tumán.
“Me contó el negro May que Feljud había sido el que lo había ‘quebrado’ al chiquillo Balán, porque supuestamente estaba en contra de la empresa y que el chibolo estaba botando pasquines, asimismo robaba el petróleo del rebombeo de los pozos tubulares, entonces Víctor Rodríguez les había ordenado que vayan a matar a ese muchacho”, relató.
Los encargados de hacer este trabajo fueron el “negro May”, quien condujo la motocicleta y el “serrano Feljud” , quien hizo los disparos con un revolver calibre 38 de la excooperativa.
El asesinato del recordado dirigente de construcción civil, Percy Waldelomar Farro Vite, también ha sido obra de “Los Wachiturros”, según la Fiscalía.
De acuerdo a lo narrado por el colaborador eficaz, José Rodríguez, jefe de seguridad de la azucarera, le increpó a Farro Vite su intromisión en la huelga de los azucareros. Lejos de amilanarse, el dirigente le respondió con insultos.
“Entonces Rodríguez nos llama, entre ellos al cojo Valencia, a Gregorio Leguía, Colchado Salcedo, Serrano Feljud, el negro May y Canebo y nos dijo, muchachos ustedes ya saben lo que tienen que hacer, refiriéndose a que teníamos que matarlo a Percy Farro Vite” relató.
Agregó que el ‘negro May’ se encargó de vigilar por varias semanas al dirigente hasta que por fin logró ubicarlo el pasado 13 de mayo cuando salió de su vivienda a las seis y media de la mañana para convocar a la población a participar de una marcha contra el Grupo Oviedo. “El serrano Feljud le disparó cuatro balazos”, relató.
INOCENTES. En la lista de víctimas de “Los Wachiturros”, también figura el morador Manuel Peralta Silva, quien fue asesinado por haber invadido un predio de la excooperativa y oponerse al desalojo.
“Cuando llegaron los muchachos comenzaron a derrumbar las paredes de adobes y es allí donde sale Manuel Peralta con un machete en la mano y el Zorro le quita la retrocarga a Colchado y termina matándolo cuando estaba a una distancia de siete metros”, consta en el testimonio del colaborador.
Además detalló que los asesores legales de la empresa convencieron al” zorro Sandoval” para que se presente ante la policía e incluso aseveró que el administrador judicial Segundo Ordinola Zapata, de manera personal y en su propia oficina, le pagó 5 mil soles a la mamá de el “zorro Sandoval” para que su hijo no lo involucre al jefe de seguridad, Víctor Rodríguez.
Por último y tal vez el homicidio más cruel cometido por estos sujetos, es el de Rafael Mechán Ballena, un humilde pescador que fue abatido cuando se encontraba lavando sus jabas de plástico a orilla del río ‘Los Cocos’.
“Yo me entero de esta muerte cuando el mismo Feljud me dijo que al pescador lo había matado porque se resistió al robo de su plata, entonces le tuvo que disparar, mientras tanto el cojo Valencia se encontraba en la moto esperando pero al ver que lo había matado se retiraron del lugar”, relató el colaborador eficaz N° 13 - 2015.
Incluso el testigo aseguró que la muerte de Mechán Ballena era tema de conversación durante reuniones donde participaba el jefe de seguridad de la empresa, Víctor Rodríguez, quien al enterarse de este suceso, solo decía “si ya está muerto, está muerto”.
RECHAZO. Correo trató de comunicarse con el empresario Edwin Oviedo pero no fue posible; sin embargo, el asesor legal del Grupo Oviedo, José Isla Montaño, sostuvo que el testimonio de un colaborador eficaz no puede ser utilizado para solicitar una detención, porque primero debe ser corroborado; sin embargo calificó de condenable los hechos revelados por estos sujetos.
“El Grupo Oviedo se allana a cualquier investigación, los hechos materia de investigación son condenables, tienen que investigarse y sancionarse a los responsables, es más nos allanamos a cualquier investigación. (Los crímenes) son hechos aislados no solo para sí sino para el Poder Judicial que ha resuelto rechazando de plano el pedido de detención preliminar contra los principales directivos de la empresa y el señor Oviedo. Ha resuelto que no existe prueba mínima que los pueda vincular en hechos condenables y lamentables”, manifestó.
Al ser consultado sobre Víctor Rodríguez Ortiz, el jefe de seguridad de la excooperativa que según testigos, ordenaba los asesinatos en Tumán, refirió que ya no labora en la empresa.
“El señor Víctor Rodríguez hace más de cinco meses fue jefe de seguridad, entiendo que ha renunciado, habría que indagar. Algunos años estuvo en ese cargo, no tengo el dato exacto pero sí, efectivamente, fue jefe de seguridad de la empresa Tumán”, señaló.
http://diariocorreo.pe/edicion/lambayeque/lambayeque-los-crimenes-de-la-presunta-red-criminal-de-edwin-oviedo-613902/
Según la tesis del Ministerio Público, esta agrupación delictiva habría sido formada dentro de la empresa agroindustrial Tumán por disposición del empresario Edwin Oviedo Picchotito, con la única misión de amedrentar o aniquilar a sus opositores.
Uno de los asesinatos más recordados que se le atribuye a esta red criminal, es la de Manuel Rimarachín Cascos en octubre del 2012. Los archivos periodísticos señalan que el dirigente de los trabajadores de la excooperativa, fue asesinado de dos balazos por sujetos encapuchados.
CRIMEN. Sin embargo ahora se conoce por versión del colaborador eficaz N° 12 - 2015 que el crimen de Rimarachín habría sido ordenado por los miembros del Grupo Oviedo, porque se le había encargado comprar acciones de la empresa Cayaltí; pero lo hizo a favor del empresario Carlos Roncal Miñano.
Incluso cuando le exigieron que entregue el dinero, cuenta el testigo que Rimarachín asumió una actitud desafiante. Le recriminó a Pablo Arce Benites, gerente de Finanzas de la azucarera, el hecho de que le pague un sueldo a su sobrina sin trabajar y le aseguró que al día siguiente iba a convocar a un paro y hacer pública la planilla de la empresa; lo cual fue el detonante para que decidan liquidarlo. Todo ello consta en el expediente 2925-2015.
“Recuerdo que la moto de la empresa estaba cuadrada en la esquina de la casa de Manuel Rimarachín, eso era como a las cinco de la mañana, entonces Charum, que estaba sin pasamontaña, solo con la capucha de su polera, ve salir a Manuel Rimarachín de su domicilio y se acerca y le dice que le entregue los volantes, Manuel le dijo anda por allá, entonces Charúm le disparó tres veces, con el revolver 38 de la empresa Tumán, pero solo dos balazos le cayó”, reveló el colaborador.
Con lujos de detalles el testigo precisó que además de Charum otros dos sicarios participaron del crimen, siendo el “cojo Valencia” quien condujo la motocicleta y el “zorro Sandoval” quien tuvo la tarea de identificar a posibles testigos.
“Valencia al escuchar los disparos, encendió la motocicleta nueva de la empresa y lo recogió a Charum, para luego huir del lugar por el perímetro de la fábrica, hasta hacer su ingreso por la puerta de construcciones de la empresa. El zorro Sandoval se encontraba al frente del banco de la Nación, para que pueda ver qué persona había sido testigo del hecho, para según eso, también matarlo”, reveló.
Pero eso no es todo, el testigo narró que cometido el crimen, fueron a la casa de Manuel Rimarachín y sacaron una computadora que contenía información valiosa. Incluso sindicó a la gerente de recursos humanos de la empresa, Cecilia Limo Ortiz y a su chofer Antero Díaz, como las personas que se apropiaron del bien del finado.
MALDAD. Otro de los asesinatos que han sido narrados por el colaborador eficaz es el de Felipe Camacho Argandonia, un joven que era conocido con el apodo de “Balán”, cuyo pecado fue atentar contra el Grupo Oviedo y la administración judicial de la empresa Agroindustrial Tumán.
“Me contó el negro May que Feljud había sido el que lo había ‘quebrado’ al chiquillo Balán, porque supuestamente estaba en contra de la empresa y que el chibolo estaba botando pasquines, asimismo robaba el petróleo del rebombeo de los pozos tubulares, entonces Víctor Rodríguez les había ordenado que vayan a matar a ese muchacho”, relató.
Los encargados de hacer este trabajo fueron el “negro May”, quien condujo la motocicleta y el “serrano Feljud” , quien hizo los disparos con un revolver calibre 38 de la excooperativa.
El asesinato del recordado dirigente de construcción civil, Percy Waldelomar Farro Vite, también ha sido obra de “Los Wachiturros”, según la Fiscalía.
De acuerdo a lo narrado por el colaborador eficaz, José Rodríguez, jefe de seguridad de la azucarera, le increpó a Farro Vite su intromisión en la huelga de los azucareros. Lejos de amilanarse, el dirigente le respondió con insultos.
“Entonces Rodríguez nos llama, entre ellos al cojo Valencia, a Gregorio Leguía, Colchado Salcedo, Serrano Feljud, el negro May y Canebo y nos dijo, muchachos ustedes ya saben lo que tienen que hacer, refiriéndose a que teníamos que matarlo a Percy Farro Vite” relató.
Agregó que el ‘negro May’ se encargó de vigilar por varias semanas al dirigente hasta que por fin logró ubicarlo el pasado 13 de mayo cuando salió de su vivienda a las seis y media de la mañana para convocar a la población a participar de una marcha contra el Grupo Oviedo. “El serrano Feljud le disparó cuatro balazos”, relató.
INOCENTES. En la lista de víctimas de “Los Wachiturros”, también figura el morador Manuel Peralta Silva, quien fue asesinado por haber invadido un predio de la excooperativa y oponerse al desalojo.
“Cuando llegaron los muchachos comenzaron a derrumbar las paredes de adobes y es allí donde sale Manuel Peralta con un machete en la mano y el Zorro le quita la retrocarga a Colchado y termina matándolo cuando estaba a una distancia de siete metros”, consta en el testimonio del colaborador.
Además detalló que los asesores legales de la empresa convencieron al” zorro Sandoval” para que se presente ante la policía e incluso aseveró que el administrador judicial Segundo Ordinola Zapata, de manera personal y en su propia oficina, le pagó 5 mil soles a la mamá de el “zorro Sandoval” para que su hijo no lo involucre al jefe de seguridad, Víctor Rodríguez.
Por último y tal vez el homicidio más cruel cometido por estos sujetos, es el de Rafael Mechán Ballena, un humilde pescador que fue abatido cuando se encontraba lavando sus jabas de plástico a orilla del río ‘Los Cocos’.
“Yo me entero de esta muerte cuando el mismo Feljud me dijo que al pescador lo había matado porque se resistió al robo de su plata, entonces le tuvo que disparar, mientras tanto el cojo Valencia se encontraba en la moto esperando pero al ver que lo había matado se retiraron del lugar”, relató el colaborador eficaz N° 13 - 2015.
Incluso el testigo aseguró que la muerte de Mechán Ballena era tema de conversación durante reuniones donde participaba el jefe de seguridad de la empresa, Víctor Rodríguez, quien al enterarse de este suceso, solo decía “si ya está muerto, está muerto”.
RECHAZO. Correo trató de comunicarse con el empresario Edwin Oviedo pero no fue posible; sin embargo, el asesor legal del Grupo Oviedo, José Isla Montaño, sostuvo que el testimonio de un colaborador eficaz no puede ser utilizado para solicitar una detención, porque primero debe ser corroborado; sin embargo calificó de condenable los hechos revelados por estos sujetos.
“El Grupo Oviedo se allana a cualquier investigación, los hechos materia de investigación son condenables, tienen que investigarse y sancionarse a los responsables, es más nos allanamos a cualquier investigación. (Los crímenes) son hechos aislados no solo para sí sino para el Poder Judicial que ha resuelto rechazando de plano el pedido de detención preliminar contra los principales directivos de la empresa y el señor Oviedo. Ha resuelto que no existe prueba mínima que los pueda vincular en hechos condenables y lamentables”, manifestó.
Al ser consultado sobre Víctor Rodríguez Ortiz, el jefe de seguridad de la excooperativa que según testigos, ordenaba los asesinatos en Tumán, refirió que ya no labora en la empresa.
“El señor Víctor Rodríguez hace más de cinco meses fue jefe de seguridad, entiendo que ha renunciado, habría que indagar. Algunos años estuvo en ese cargo, no tengo el dato exacto pero sí, efectivamente, fue jefe de seguridad de la empresa Tumán”, señaló.
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